EL CULTIVO DE REMOLACHA

 

Como llega la remolacha a Benamaurel. A final del siglo 18 alguien que viene de Cuba comienza a cultivar la caña de azúcar en la zona tropical.granadina. de ahí las primeras azucareras en Motril.y Salobreña pues aquello tuvo mucho éxito. Se dan cuenta después que la remolacha en la vega de Granada se da tan bien que se cubre toda la vega de ese producto. Son hasta 10 o 12 las fábricas azucareras que de construyen alrededor de la capital en poco tiempo y el éxito es tal que todas las casas que forman la nueva gran vía granadina son construidas por terratenientes que cultivan la remolacha en la vega. La fama de esta mina de oro llega a las comarcas de Guadix y Baza y como no a Benamaurel con esa vega tan hermosa que tiene y donde el producto de daba fenomenal. Se construyen las azucareras de Caniles y Benalua y todo va a la perfección. Al entrar al Benamaurel por la parte de Baza se veÍan grandes montones de remolachas, blancas como la nieve que también blanquearían el interior de las casa con el dinero que se recogiera de la venta de la cosecha
A la era de San León se llevaban desde la vega las remolachas que se vendían a Caniles formándose unos montones enormes donde estaba la báscula y de allí venían camiones que se las iban llevando a Caniles. Poco más abajo en otra era había otra báscula y allí se amontonaban las que después irían para Benalua de Guadix. En la vega no había caminos para la entrada de camiones . Las remolachas se sacaban a cargadero con bestias a los caminos que van del pueblo a los anejos y allí se cargaban en camiones y carros para llevarlas a las básculas.
Se origina entonces lo de hacer caminos dentro de la vega para que los camiones entren hasta los bancales a cargar. Muchos caminos se quedan sin acabar pues algún que otro propietario egoísta no cede que el camino. pase por lo suyo aunque se aprovecha del que ya está hecho. Como ejemplo el camino de la Guindalera que tenía que llegar hasta el molino de los toledanos y no llegó porque un vecino no dio paso por lo suyo. Siempre había algún veciono que impedía el paso al progreso……
Fueron unos años de esplendor pues esta cosecha de invierno era tan importante como.la de verano con los cereales.
Aquello empezó a decaer por la importación de azúcar más barato de otros países sobre todo de Cuba. En principio subió el porte pues quitaron las básculas y había que llevarlas a las azucareras .Además del precio que bajo ostensiblemente. Cerraron Caniles y Benalua y las últimas las llevaban a Salobreña pues ya no tenían tanto trabajo, dejo de interesar y aquello llego al final. Hoy aquellas azucareras que tanto dieron, se encuentran en ruinas o dedicadas a otra función. En la de Motril, “Nuestra Señora del Pilar” hay un precioso restaurante

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MANUEL PRIETO MORATA (PRIMERA PARTE)

El 7 de febrero de 1915 nacía en el barrio Bendo un niño que iba a marcar la historia de Benamaurel , cosa que no se le reconoció en su momento .Por eso desde aquí, y con la ayuda de sus hijas, quiero daros a conocer un poco la historia de este hombre, al que recuerdo sumido en sus pensamientos y contaros un poco de su vida, un tanto especial y llena de muchos sufrimientos.
Las travesuras formaban parte de su niñez. No ingeniaba nada bueno:
Le quitaba los huevos a las gallinas cluecas para romperlos.
Un día aburrido y pensando que hacer…… Se dirigió cueva adentro , al llegar al dormitorio de sus padres , sobre el arca, vio una cartera, la abrió ,y saco los billetes de ella . Cogió unas tijeras y comenzó a recortar las figuras de los billetes . Como era de esperar, cuando llegó Antonia, su madre, y entró al dormitorio con el candil, al ver la alfombra de recortes de papel que allí se encontraba , sobre el suelo de tierra .Ni corta ni perezosa, comenzó a gritar su nombre, MANUEEEELLLLLL. El no sabía muy bien de que se trataba en esta ocasión, pero se guardo de estar cerca de su madre el resto del día.
Un día de tantos hicieron un baile en el barrio Vendo. Todo el barrio estaba de lleno de alegría. Del horno de poya salía olor a pan recién amasado. Manuel con el resto de niños, cogieron un trozo de caña, la llenaron de azufre y guindillas y la echaron por la chimenea del horno. Todas las mujeres salieron gritando de allí. Al ruido de las voces, los del baile también salieron a la calle nombrado todos su nombre. Como es de imaginar esta vez se le cayeron encima algún que otro tortazo.
Con 8 años se fue a servir de marranero a un cortijo del rio Baza. Cada 15 días iba andando a su casa para cambiarse la ropa, ganaba 5 pts al mes y solo le daban de comer olla de nabos con patatas. La carne solo la olía, por lo que él y la moza se pusieron de acuerdo para comer alguna, de vez en cuando.
Cuando la señora quería embutidos, le daba la llave a la moza para que subiera a la solana. La muchacha tenía que estar todo el rato hablando para que no se comiera ninguno a escondidas. Ella ya había quedado con Manuel que le esperaba debajo de la ventana de la solana y desde allí le lanzaba las tripas a Manuel. Este dando un buen salto la cogía con gran habilidad y la introducía con rapidez en su camisa, y marchándose al pajar . Allí esperaba a la moza para dar buenas cuentas del salchichón o chorizo.
Una mañana, los señores se marcharon temprano del cortijo, para no volver en varios días. Manuel y la muchacha llevaban meses sin probar algo de carne, por lo que le echaron el ojo al gallo más flamenco y hermoso que había en el corral. Uno por cada lado, tardaron poco tiempo en que el pobre animal cayera en sus manos y retorcerle el cuello. Pensando en saciar su más soñado deseo “comer carne” Y así lo hicieron. Pero ahora había que ingeniar una estrategia que fuera buena para contarle al señor ,lo que había sucedido con el gallo ,y que este los creyera. Cuando vieron la polvareda que el carruaje levantaba de lejos, cogieron el gallo y lo tiraron cerca de las patas de las mulas para que lo pisaran. Cuando el señor bajó del carruaje lo recibieron con cara de tristeza y pesadumbre
_ Manuel: ¡ Señor, señor el gallo se ha muerto¡¡¡¡
Se dirigieron a la cuadra de los animales y allí estaba el pobre animal revuelto en las cajoneras de las bestías. No se distinguía apenas el color zarario de sus plumas con el color de las heces.
_El señor:¡ Retirad eso de mi vista¡
Eso querían oír, el estómago les daba saltos de alegría. Rápidamente se dirigieron al pajar donde pusieron una caldera con agua hirviendo, lo introdujeron y comenzaron a desplumarlo. No importaba los maratones que llevara en la piel, producidos por las pisadas de los animales. En una buena sartén comenzaron a freírlo y dieron comienzo al gran banquete.
Así iban pasando 25 años sirviendo en el cortijo, años de escasez de alimentos, de si señor… , como usted diga señor………. Todo ello iba forjando un entramado de ideas , de deseos de libertad, de prosperar. Se iba enraizando en cada rincón de su cuerpo formando un entrando de deseos de cambio, sin saber leer ni escribir, por que a los mozos le estaba prohibido.Así era más fácil su manejo, su servidumbre sin peros….. sin ideas que pusieran en peligro la majestuosidad de aquellos años para algunos.
Mariluz Gomez Martinez

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LOS DUENDES DEL ANEJO

Había una vez un anejo muy chiquito, de un pueblo también muy chiquitillo, En el pasaban cosas muy extrañas, que os voy a contar….
Allá por el año 1936 todos los varones del anejo, marcharon a la guerra, como todos lo españoles, quedando las mujeres” solas, desamparadas y tristes” al cuidando de sus familias.
Una mañana se levantaron, y aparecieron algunos campos labrados. Muchos de los habitantes, no salían de su asombro… Se empezaron a contar historias fantásticas de que unos duendecillos se encargaban de arar y sembrar la tierra y recoger las futuras cosechas de cereales, los huertos….. Así muchas familias dejaron de pasar hambre….
Cuando la noche cubría con su negro manto el anejo. Los duendes salían de sus escondites para trabajar. El resto de la población, no se atrevía a salir de las casa cueva, por miedo a ser vistos por aquellas fantásticas criaturas y quedar petrificados de por vida.

Un día la madre de Antonio, lo mandó a buscar los huevos, y al llegar al ruinoso horno, que hacía de gallinero, se quedó asombrado de lo que allí encontró. Cuatro vecinos suyos que estaban huyendo de la guerra, se escondían durante el día. Los cuatro se reían y hacían comentarios, de ver la cara que puso Antonio .
Antonio pensativo fue encontrando respuestas a lo que en el anejo pasaba, durante la noche. Dedujo que aquellos eran los duendes que trabajaban la tierra…. Y de los que tanto se hablaba….
Pero él sabía que debía guardar el secreto, y fue diciendo a su madre que no había huevos, La madre muy enfadada, y echándose las manos a la cabeza, sobre el pañuelo negro, que cubría sus canas. se dirigió al gallinero, diciendo que aquello no podía ser posible. Ya que hacía varios días que no habían recogido los huevos. El niño intentaba impedirle el paso, pero la madre seguía ofuscada en ir al gallinero…Antonio, pensaba en cómo podía impedir que su madre se dirigiera allí. No pudo convencerla….Al final tuvo que decirle la verdad.
La buena mujer desistió de su intento, ya que su marido también se encontraba oculto en una cueva . La entrada la disimulaban con romero verde
La zona estaba ocupada por el bando republicano y las tierras no le pertenecían a los duendecillos que las estaban trabajando, sino que las tomaron prestadas, durante los tres años que duro la guerra…Fueron unos años negros…. donde cada uno cogía lo que podía.
Al finalizar la guerra, el dueño quiso cobrarles un renta… y que siguieran trabajándolas… Pero los ocupantes se negaron a pagar el trienio de la renta..
Mª Luz Gómez

LA CHOZA

De nuevo, vuelvo a encontrarme con Agustín en la calle, le comento lo que ha gustado su video y que ha sido visto por 1400 y pico personas…..El no entiende muy bien lo que es internet. Y me dice que me va a contar como hacían las chozas. Por lo que le digo que aguarde un momento, que voy a mi casa a por el móvil. Al regresar veo que había cortado cuatro ramas para indicarme como se hacía la choza. Se agacha muy afanado, intentando hincar las ramas, pero la dureza y sequedad del terreno se lo impiden.
Al final consigue poner dos y las junta en forma piramidal, y poniendo otras en forma horizontal. Se forraba de “ciscas” (broza), y se iba cosiendo a las ramas con” guitas”( cuerdas). El suelo lo cubrían con “bálago”( paja larga que queda después de trillar el centeno ) a modo de cama para protegerlos de la humedad del suelo en las noches de vigilancia.
Las chozas se hacían en la orilla de los bancales, para vigilar los huertos y frutales, de los posibles ladrones. En aquella época eran muchos los que no tenía tierra para sembrar y pasaban hambre, por lo que se dirigían a la vega para intentar llevarse lo que podían, y alimentar a sus familias. Lo difícil era pasar desapercibidos, ya que había un gran número de guardias que vigilaban la vega. Los guardias para comunicarse y alertar de los posibles ladrones llevaban una cuerna.
Así que en los años 30 los que tenían hambre lo tenían muy difícil para poder robar algo que echarse a la boca y poder saciar un poco sus barrigas que sonaban como una gran orquesta desafinada.
Muchos fueron los sueños que Agustín, en su niñez, tuvo bajo la choza . Soñaba despierto en las largas y calurosas siestas, ya que la época no daba para mashttps://www.facebook.com/mariluzgomezmartinez/videos/3178289178863449/

 

 


Mª Luz Gómez

Día de Andalucía en Benamaurel (por Rogelia Pozo)

 

A TRAVÉS DE LA VENTANA DE LA IGLESIA

 

Ahí permaneces altiva expectante y poderosa. En el interior de tus muros han sucedido historias de benanaurelenses , que han acudido a llorar, a reír a suplicar , tantas y tantas historias de las que has sido espectadora, y has permanecido impasible. Conocedora de amores, de infidelidades, de odios y muertes.
En la madrugada del 26 de febrero de 1937 por una de tus ventanas traseras, observabas como tiraban la llave, que abría la puerta de la cárcel. Esa noche, la envidia, el hambre, los abusos, el deseo de venganza, se unían, Y cuando todo eso se une dentro del ser humano, hay que temerle, Todas juntas, formaban la sin razón. Esa noche de febrero, se unieron formando un ejército armado, envalentonado y comenzaron a andar juntas por las calles de Benamaurel, como vampiros volando a ras de suelo, en busca de sus presas, para saciar su sed. Sed que saciarían con la sangre de 1O benamaurelenses. Concretamente vivían en la calle Pinar, pasando por el Fuerte bordeando la iglesia y dirigiéndose a la calle Horno Días anteriores al la noche del 26, un pelotón del ejercito republicano, iba llamando de puerta en puerta dirigidos, por no se sabe quiénes y cogiendo los miembros varones de cada casa. Unos 10, entre ellos, dos niños de 16 y 17 años.
La fría madrugada del 26, cambió la unión de los benamaurelenses.
Los montaron en un camión, salieron en busca de la muerte. Su último paseo, camino de Berberi . Rezos, llantos, gritos, lágrimas de las mujeres, se iban mezclando con la sangre,, que se derramaba de sus seres queridos formando ríos de sangre aguada , sangre que se enfriaba en su salida , que corría por las calles de Benamaurel sin ninguna esperanza, sin ninguna salida,
El día 27 de febrero, en la Cañada, María y su madre estaban detrás del visillo, observaban como los ocupantes de un camión, preguntaban donde se encontraba Cortes. La gente estaba asustada horrorizada. Comentaban en voz baja, que habían asesinado a 10 personas. e indagaban quienes podrían ser.
Al terminar la guerra el día 1 de de abril de 1939, las consecuencias fueron devastadoras. La sin razón volvía a actuar de nuevo, con ansias de venganza. Mirabas por la ventana que da a la plaza.
Volteaba la campana grande de la torre, anunciando el final de la guerra, y la victoria de los nacionales de Franco.
Meses, días…. más tarde, en la cárcel del ayuntamiento. Lugar donde interrogaban a los rojos, insurrectos, sublevados, contrarios al régimen. Todos los apelativos eran buenos para el bando perdedor. Las paredes estaban manchadas de rojo marchito, el ambiente enrarecido, se podían palpar gritos, llantos, andrajos de piel desprendida por los palos recibidos, salpicando el blanco que quedaba de las paredes encaladas. Todos los días durante meses recibieron palos. Desde allí eran trasladados a la “casa cárcel de la Cañada” donde seguían las torturas. Antonio Gallego “ EL maestro” que fue víctima de esa barbarie, en su libro nos comenta que la Santa Inquisición no tenía punto de comparación, con lo que allí sucedió.
Les daban dos cazos de nabos cocidos, el día que comían.
Alegría de miserias en el pueblo, de los vencedores y tristeza de los vencidos. En todas las familias alguna, muerte o desaparición. Todas con dolor. Años que vendrían de miserias, enfermedades, hambrunas, que acabarían con un gran número de la población.
La vida continuaba despacio, sin ilusión, sin esperanza. Todo trabado por el miedo, la opresión. Prioridad y primera necesidad “comer”, ello hacía que fueran sumisos en el régimen victorioso,
PD Quiero que hoy día 26, hagamos una cruz, mentalmente, para todas las víctimas de esa guerra, “nacionales y republicanas, republicanas y nacionales “
. Y que todos seamos conscientes de que un suceso así, no se debe repetir. Por ello debemos de comunicarlo a nuestros hijos, que se tenga presente y no en el olvido……. Ninguna causa merece la muerte.
Mª Luz Gómez

MASTER DE COSTURA

Y como siempre, de acuerdo con las fechas que se aproximan,. Esta foto de hace unos 70 años me ha hecho recordar lo limitadas que estaban las salidas de la mujer en general, y más la de los pueblos, como Benamaurel. Aquí se les ve, a la salida de clase, del “máster de costura”. Aguja, hilo dedal y cinta métrica, herramientas asignadas que ya desde muy chicas tenía que aprender a usar. No se les daba la oportunidad de decidir si les gustaba o no. Para ser una buena esposa y ama de casa, había que saber bien zurcir. Cuantas ilusiones y posibles ingenieras, médicas, científicas……. atrofiaría esa cultura de la imposición, y de la sumisión. La mayoría iban a la escuela lo justo, o no sabían ni leer ni escribir, Porque como el lema decía “El hombre es el que tiene que mantener la casa”.
Gracias a un gran número de mujeres luchadoras, a las que debemos los logros conseguidos, las distancias entre hombres y mujeres se han ido acortando, y eliminado esas barreras que la cultura del patriarcado nos dejó arraiga en nuestra sociedad. Pero debemos seguir en la” trinchera”, estudiando, luchando, para que no se produzca un retroceso.

Mª Luz Gómez.

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EL ALMIAR

 

Una vez finalizados los días de siega, trilla,…..Días de dormir sobre una manta, a cielo raso, para vigilar el trigo y de soñar bajo ese manto estrellado. Se procedía a la fabricación del almiar. En Benamaurel no eran muy comunes, su construcción, sino que se localizaban más en los anejos. Para su ubicación se buscaba un lugar en la era, con un poco de pendiente y alejado de las casas, por miedo a un posible incendio. Lugar donde se apilaba la paja para protegerla durante el invierno de las inclemencias del tiempo: lluvias, nevadas, vientos, o sea, de la humedad en general.
Se amontonaba la paja presionándola con los pies. Dos hombres encima del montón la pisaban y otro en el suelo, con una horca lanzando la paja. Cuando la altura era muy elevada, ponían un palo hincado en la paja y otro atravesado, y con una cuerda ataban la gaveta tirando de ella hasta estar en la cima del almiar Posteriormente y dada ya su altura definitiva, se revestía todo el almiar con hierbas y encima de ellas ponían los bordos de aneas. Pinchaban la paja e introducían los extremos de las eneas. Una vez cubierto todo el almiar unidos e introducidos los bordos (varetas de aneas, con un corte en diagonal para que entre bien en la paja) En el techo de los almiares forma circular se ponían hierbas y tierra bien pisada.
Así la pendiente que tenia y la cubierta de aneas hacían que el agua resbalase por sus laterales. Los había de forma redonda y rectangulares, similares a las casas del norte. Así podría parecer al pueblo de los tres cerditos con casas de palos y paja.
Antonio Troyano , con 90 años de edad , nos cuenta como trabajaba en la construcción de almiares.
Mª Luz Gómez.

 

 

A TRAVÉS DE LA VENTANA: TRES GENERACIONES

 

Dirigido a las madres y jóvenes de posguerra.
Observaba por la ventana del cuarto largo que daba las Hafas, las tertulias que se organizaban en la orillas de la acequia, que había junto al molino mientras lavaban, o con los vecinos de los bancales. Era la única vía de escape para esos días de posguerra. Donde los chinches y piojos, vivían en hoteles de 5 estrellas, sus cabezas. El aire fresco del amanecer inundaba el cuarto y lo aspiraba, llenándola de vida. Una juventud enlutada que liada en un grueso chal negro, y a las 12 del medio día, se montaba en la burra,” Nanito” llevando la olla en un puchero a los segadores al tajo. El puchero había estado desde el amanecer, cociéndose al orete de la lumbre. Tanto sudor, tanto velo negro provocaron la caída de sus lindos tirabuzones castaños.
Pasaron los años y formó su familia, pero aquel aroma de olores a trigo recien segado, a hierbas y flores…. que había inhalado en los años de su juventud, se volvió oscuro y sombrío. En la cocina en la que se encontraba, los rayos de sol entraban por los barrotes de la verja de hierro y atravesaban el cristal que estaba protegido por un rústico marco de madera, empezado por la carcoma. El marco estaba sujeto por un pequeño bolo para evitar su caída, pero no evitaba las suyas. Frente a la mesilla pequeña, sentada en una de esas sillas chicas con el asiento recubierto de aneas que colgaban por debajo, también deterioradas por la escasez esos años. Tenía las manos ocultando su bello rostro, quizás para que no la viera, aunque no lograba su fin, pues la niña veía como de esas manos ásperas de tanto trabajo, manos que tanto la cogieron, caían chorros de agua, como un manantial inagotable que iba purificándola del dolor, un dolor amargo que llegaba a su corazón y la niña la acompañaba en esa procesión de lágrimas. Años donde el suelo de la cocina siempre estuvo húmedo y oscuro, casi mohoso. Pero ELLA seguía día tras día, en la soledad, cuidando de todos. Un halo lunar la rodeaba protegiéndote en tu delgadez extrema.
¡Ella no comía lo suficiente, por no disponer de los medios necesarios para alimentar a toda la familia.
Su marido, al igual que tantos otros, emigró al extranjero y ella luchaba sacando adelante su familia. Trabajaba en el campo para alimentar a los animales que había en la casa.
Al otro lado de la ventana, que daba al corral, se oía el aleteo de algunas gallinas subiendo a la gallinera, el resoplido de la mula. Todo indicaba, que llegaba el fin de ese día amargo, y la esperanza de que un nuevo amanecer con su fresco rocio limpiara la amargura de esos momentos
Días interminables de pesado trabajo, con calderos de lata y losa en la cadera y algún niño agarrando a sus faldas. Así podía sentir la protección, y seguridad que solo una madre sabe dar.
Los años pasaban, y todo iba mejorando muy lentamente pero mejorando. Luchó para que parte de sus familia estudiara .Su nieta heredó esos genes guerreros que ahora le han abierto un camino de rosas y por los que camina segura y feliz.
Mª Luz Gómez

MUJER Y DEPORTE

 

En los años 60 con la dictadura de Franco, llega la Sección Femenina a Benamaurel. La imagen de mujer que ofrecían, era una mujer entregada a las taras del hogar. Tenían como biblia “ La guía de la buena esposa “con frases como :
Luce bella. Ten lista la cena. Arregla tu casa, Minimiza el ruido. Ponte en sus zapatos. No te quejes. Hazle sentir a sus anchas. Escúchalo. Prepara a tus niños. Se dulce e interesante. Hazle sentir en el paraíso.
La sede estaba en la plaza, en el plantel, y a través de ellas, las jóvenes hacían el servicio social que consistía en hacer una canastilla de prestaciones en residencia. Como en Benamaurel no había, optaron por el deporte. Todo ello era necesario incluso para sacarse el carnet
Así que junto a Carmen Peñalver y las niñas: Adora, Encarna, María Ruiz, Maribel Clares, Trina, Aurora, María Camacho, y Piedad la de Mº Paz, acudieron a Fernando el hijo de Don Félix para entrenar a balón volea. Pasaron unos 20 días y comenzaron a jugar en Granada, sin saber. Todo era nuevo e ilusión…. Viajes a Granada, noches de hotel en el Generafife, situado en la plaza de la Mariana, actualmente desaparecido.
El equipo preferido y por entonces invencible, era el Club Medina. Las benamaurelense no tenían equitación, jugaban con una falda negra y un jersey blanco y al agacharse para ir en busca del balón, escuchaban algunos comentarios de los espectadores como:
-NO JUEGAN BIEN, PERO SON MUY BONICAS Y SE LES VE MUCHO CUANDO SE MUEVEN
El tesón, el empeño, y el trabajo diario que caracteriza a la mujer benamaurelense ,hizo que llegara el día en que vencieron al club Medina. Ahí comenzó un éxito tras otro. Llegando a ser subcampeonas de España Acompañadas siempre por Carmen Peñalver. Es un deporte que siempre hemos dejado la cabeza bien alta donde hemos competido, Podriamos decir que casi todos los benamaurelense lo mamamos desde la cuna.
Mº Luz Gómez.

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