Juego infantil, sobretodo de adolescentes, muy practicado en los años 60 y 70, y muy útil para calentamiento en tardes/noches de invierno (mis recuerdos al internado del colegio del Ave María en cuesta del Chapiz en Granada testigo de muchos momentos del juego que narramos).
Se precisan más de dos jugadores. por sorteo, uno, que hace de abejorro, mirando a la pared, con una mano tapa su cara y, la otra, asoma la palma pr debajo de la axila. Otro de los participantes golpea la mano y, todos, imitan el sonido del abejorro esperando que se acierte quien ha golpeado. Si no se acierta sigue el mismo abejorro y, en caso contrario, se cambia por el que golpea.
Muy bonito este juego también que pena que ya los niños no jueguen sólo móvil y juegos de guerras