Benamaurel: mi pueblo

En pleno corazón del Altiplano de Baza- Huéscar nace un paisaje labrado por el viento y el agua ( no olvidemos que en el plioceno, al final del terciario esta zona estaba cubierta por una profunda ensenada al producirse los grandes hundimientos del Mediterráneo, quedando como un islote el Jabalcón y produciéndose grandes grietas y barrancos en donde había cantidades ingentes de azufre, yeso, sulfato de sosa, mantos de pedernal y conglomerados con fósiles marinos, tan abundantes en este pueblo).En Benamaurel se constata la estrecha relación entre el medio geográfico y su hábitat : el trogloditismo no enmascarado. Fue habitado desde el Neolítico (6.000 al 2000ª.C), como ocurre con las Hafas, las laderas de los montes que daban a los ríos: la Marchita, de Huerta Real, donde se ha encontrado el último yacimiento  de la Edad del bronce, cultura del Argar (1.400 al 2000 A.C.) por presentar características óptimas para defenderse de los animales, del enemigo, etc. Como se demuestra en las excavaciones realizadas por el arqueólogo José M. Guillen Ruiz en el anejo de Huerta Real, en donde encontró una tumba con un puñal de bronce y restos de una copa argárica, así como fragmentos óseos, restos de un cráneo y un fémur Además, se encontró una sepultura en covacha con cierre de losas de piedra que contenía los huesos de un adulto en posición fetal.

El ajuar consistente en un copa argárica, un cuenco incompleto, un puñal de bronce y tres cuentas de un collar de hueso fueron trasladados al Museo Arqueológico y Etnológico de Granada).

Este yacimiento que corresponde a la Edad del Bronce, Cultura del Argar (1400- 2000 A.C.).

Posteriormente dicho arqueólogo encontró una sepultura en covacha sobre la anterior de un niño en mal estado de conservación, a pesar de lo cual, ha documentado la impronta de algunos huesos que permiten conocer la posición de la persona; una sepultura en covacha y una unidad domestica con suelo de habitación y muro trasero en la que ha localizado un molino de cereal.

Los sitios donde el hábitat troglodita es más evidente son: las Hafas de la Moraleda o las del Salto, los dos Almaciles (Al- mansul donde corre el agua o al-Mamzal= a hostal, que sería un arrabal musulmán), el barrio de San Antonio y la Alhanda, del árabe dialectal Jandaq “barranco” o “valle entre dos barrancos”. La Alhanda es el barrio que representa el más puro estilo de hábitat troglodita no enmascarado: largas galerías subterráneas, apilamientos de cuevas  y casas colgadas. Sus cuevas excavadas en margas yesíferas, que se endurece con la intemperie, con suelo de jabaluna y techo plano, no son fruto de la incultura o de la miseria y presentan: portal, cocina con horno, alacena, varios dormitorios en profundidad, cuarto de los “enreos” y dependencias para los animales (cuadras y corrales). Muchas miden más de 30 metros de profundidad y tras atravesar el cerro salen sobre las Hafas de la Moraleda en donde se pueden visitar los habitáculos primitivos en el corte vertical del río Guardal, que primero fueron  ocupados por los hombres primitivos, luego por los íberos, los romanos, los visigodos, los árabes, los moriscos y los mudéjares y todos dejaron su impronta  en el arte, en la forma y clases de cultivo, su gastronomía, etc., que conservamos en nuestra filosofía de pueblo el saber de su larga Historia. Se trata por tanto de un trozo de Andalucía donde la diversidad es tan notable como  la belleza de sus paisajes.

Mi pueblo es tierra de luz y de sol porque aquí el sol brilla y luce de forma diferente en sus amaneceres y en los atardeceres, convirtiendo el paisaje en un bello cuadro de luces y sombras que es un paraíso para la vista.

Benamaurel es una ciudad singular por sus gentes, por su Historia (aún por escribir), por su forma de vivir, por su filosofía de la vida, etc.

La calma que reina durante todo el año en Benamaurel desaparece durante las Fiestas de “Moros” y “Cristianos” en el mes de Abril, cuando la Virgen de la Cabeza, nuestra Patrona, sale de su casa, la Iglesia Parroquial de la Anunciación para recibir a las Escuadras de Moros Cristianos y Pakkos y a todos los hijos de Benamaurel , los que viven en el pueblo y los que tuvieron por múltiples razones que irse a vivir  fuera; a todos espera para oír sus peticiones, unas veces en forma de oración y otras por medio de piropos, suspiros, lágrimas o promesas, durante los tres días en los que recorre las calles del pueblo.

Es verdad que hay que ser de aquí para comprender la mágica amalgama de sentimientos que se dan es estas Fiestas de “ Moros y Cristianos” en honor de la Virgen de la Cabeza y que, a primera vista, podrían parecer contradictorios; sentimientos encontrados entre el fervor religioso y Fiestas populares que, como en ningún otro sitio, se dan aquí fraternalmente la  mano y que son el alma de estas Fiestas y del pueblo de Benamaurel, una experiencia que hay que vivirla y a la que os invito, para que podáis comprenderla mejor. Si venís quedareis atrapados por la proverbial amabilidad de este pueblo que une historia y presente en sus populares fiestas que celebramos el último domingo de Abril y que empiezan el sábado, con la Ofrenda de flores y acaban el martes siguiente. La representación de “Los Papeles”, nombre con el se conoce al drama” Cautiverio y Rescate de Ntra. Sra. de la Cabeza” así como “las batallas” que les anteceden son la tarde del domingo y la del lunes. Os cautivarán.

No os arrepentiréis de haber venido, os lo aseguro.

                                                        Carmen Peñalver