Bar, propiedad del” tío tinajas”, Se encuentra situado en la calle del cine, debajo de la Cruz de los Caídos, tiene la fachada cubierta de piedra de camarilla, muy utilizada en algunas construcciones del pueblo, como la iglesia, portada del ayuntamiento, …..etc. Piedra, muy usada en la calle Nueva, y sobre todo en el parque de la Cañada. Esta roca siempre me gustado mucho, porque considero que les da, un aspecto rústico a las construcciones, y a la misma vez señorial.
Por el ventanuco de la cueva salía el humo de los cigarros, revuelto con olor a tapas, cocinadas por Rosa, la de la tia Inés, que antes habían sido buscadas en el campo por Juan “ Seta” . Bajando las escaleras, casi no se podía respirar, aire enrarecido por el humo y las conversaciones de tantos hombres, demasiado alegres a consecuencia del vino y el juego. La radio , apenas se escuchaba, debido al jaleo (vocifero) de los clientes. En las noches de verano, ponían una radio de la emisora en un balcón del Ayuntamiento, todo el mundo subía de paseo a la plaza, y hacían concursos de cante flamenco, donde participaban los jóvenes artistas del pueblo. La protagonizaban, niños como ( Antonio Burgos, Antonio Cabrera, Félix Fernández López, que cantaba” El pequeño ruiseñor” de Joselito) cantaban y tocaban la bandurria y guitarra, se organizaban tertulias, y algún que otro anuncio, Como;
“Atención, atención señores, para muebles de calidad: Orencio Fenández, los mejores.”
“Atención, atención, si tapas buenas quieres tomar……en el Bar la Cueva .las tendrás. Vinos, tapas, Juan Seta, mesa villar.. Caracoles, setas, cangrejos, tortugas, creillas, habas tiernas rebozadas collejas, careta, choto, conejos”…. Etc.….
. Era dirigida por el cura Juan García Torres, de locutores: Socorro, la hermana de Don Gaspar, Pedrito, el de la Rural.
En el bar había una rana, y los clientes se jugaban las convidas, encestando las monedas en su boca. El mercado se hacía en La plaza y los hombres se repartían en entre el bar la Mazmorra y la Cueva. Los clientes cuando ya llegaban cargados de vino de otros bares, “Juan el Seta” le echaba más agua que vino, con su buena tapa, y así evitar que formasen peleas, pero algunas veces era inevitable, llamaban a los 5 municipales, que había, por entonces en el pueblo, y si se atascaban, les daban una ostia, y así, se les quitaban las ganas de tanta juerga. Otra de las actividades dentro de la cueva, era la de jugarse el dinero, pobres y ricos, al julepe, que estaba prohibido. Había un dicho” se ha jugado los cuartos, el burro, la paja……..y la mujer, cuando llegue a casa se la va a jugar a él”. Mujeres de esos jugadores iban a la guardia civil, para que rescataran a esos irresponsables, y los persiguieran, ya que algunos se jugaban todo lo que poseían y dejaban a sus hijos sin poder comer al siguiente día. Las mujeres no podían entrar a los bares, solo en días festivos y acompañados de algún hombre.
La tapa estrella del bar, eran las ancas de rana, cazadas por Juan, en nuestro río Guardal y acequias. De ahí quizás el juego de la rana jajajja
Algunos llevaban pistolas, para defenderse. el miedo de la guerra aún estaba presente. Quedaban algunos maquis escondidos en la sierra, que robaban bestias. Juan el Seta, me cuenta como vio en el reservado de la Cueva, donde solían jugarse el dinero, sacar la pistola a gente y pegar tiros hacia el techo. Al niño le temblaban las piernas, pero tenía que seguir trabajando y sirviéndoles las tapas y el vino. Pero nunca llegó la sangre al río. Seguro que a algunos al finalizar la noche les era imposible subir las escaleras, y bajaban, más que subían, llegando a aterrizar en el suelo.
- Mª Luz Gómez.