CASTILLO DE BENAMAUREL

Seguimos nuestro deambular por Benamaurel, descubriendo esos rincones encantadores y llenos de historia. hoy nos acercamos hasta el Castillo de Benamaurel. Bueno, realmente nos acercamos a donde estuvo dicha fortaleza, pues ya apenas quedan restos visibles.

Aunque el Castillo de Benamaurel se construyera, probablemente, a finales del siglo XIII, poco se conoce de su estructura, y no aparece en las crónicas ni castellanas ni musulmanas hasta el siglo XV.

El Castillo de Benamaurel estuvo situado en la parte más elevada del pueblo, en el actual barrio del Fuerte, nombre que recibe precisamente, por haberse levantado allí la fortaleza.

El Castillo de Benamaurel, se encontraba entre la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, y el Mirador de las Hafas.

Todo el frente del Castillo de Benamaurel que da hacia los tajos de las Hafas, está excavado por cuevas, realizadas muchas de ellas en la época almohade.

Durante el periodo almohade, siglo XII, Benamaurel, era una ciudad fortificada. El sistema defensivo, por esa época, era muy peculiar, pues no se levantó castillo alguno, sino que se excavaron cuevas. En muchas de ellas se realizaron

unos túneles verticales o minas, que llegaban hasta el río, y la base del monte donde se asienta Benamaurel. Estas galerías servían tanto para escapar ante los ataques enemigos, como para abastecerse de víveres y agua. Este tipo de vivienda jugó un papel importantísimo a la hora de frenar la toma de Benamaurel por parte de las tropas cristianas.

Cuando los árabes veían llegar a sus enemigos, se refugiaban en las cuevas y retiraban las escalas de acceso, quedando la ciudadela casi inexpugnable. Las luchas con los cristianos, que todavía no poseían artillería, eran largas y tediosas. Los soldados castellanos quedaban exhaustos, tanto por las inclemencias del tiempo, heladas en invierno y calor sofocante en verano, como por lo escarpado del terreno.

Recordemos que, según al-Jatîb, las tierras de Baza y en particular las de Benamaurel, no eran aptas para la cimentación de los edificios, por causa de la humedad, y por esta razón, la muralla de su cerca se arruinaba frecuentemente. Las fortalezas no podrían aguantar un prolongado asedio, y la guarnición vivía en constante alarma, prevenida tras las murallas de la ciudad.

Según leamos las diferentes crónicas de cómo se desarrolló la conquista del altiplano granadino, podríamos pensar que, Benamaurel se tomó en 1433 y posteriormente en 1436. Sin embargo, historiadores como Rodríguez de Almela, postulan que la conquista del Castillo de Benamaurel tuvo lugar en mayo de 1436, y no en 1433, como se venía diciendo desde antaño.

Sea como fuere, lo cierto es que, las tropas de Fernán Álvarez de Toledo, tomaron Benamaurel, tras haber conquistado el Castillo de Benzalema. En Benamaurel dejaron una guardia compuesta con cien hombres de armas, cien ballesteros y cien escuderos, y se nombró como alcaide de la villa a Alonso de Herrera, escudero de Fernán Álvarez de Toledo.

En 1446 Benamaurel cayó de nuevo, tras veinte días de asedio, en mano de los musulmanes. Esta vez fue Muammad X “El Cojo”, quien derrotó a las tropas cristianas. Su alcaide Juan Herrera junto con su guarnición, fue asesinado por la negativa de Álvaro de Villapecellín, alcaide de Benzalema, a rendir la plaza de Benzalema.

En 1488 se consiguió tras varias negociaciones, que Benamaurel se rindiera sin luchar. Los Reyes Católicos a cambio les concedieron el perdón, “se les otorgó el privilegio de homicianos”, a los que lucharon contra los cristianos, en la fortaleza de Benamaurel.

Los homicianos eran los reos, en este caso moriscos, que tras luchar contra las tropas cristianas, permutaban la pena, por luchar a las órdenes del Rey castellano. En la fortaleza de Benamaurel hubo un retén de unos 40 homicianos.

En 1492, Benamaurel y su Castillo perteneció a Enrique Enríquez, y tras su muerte, a doña María de Luna, su viuda. Desde la conquista castellana hasta el primer tercio del siglo XVI, no se realizaron obras de reparación en el Castillo de Benamaurel. Según el comendador Ramiro Núñez de Guzmán, hacían falta unas obras de urgencia en

la fortaleza benamaurelense, que podrían costar unos 50.000 maravedís. Sin embargo, el azar se puso del lado de los que no querían desembolsar tal cantidad de dinero, y el gran terremoto del 30 de septiembre de 1531 acabó con la totalidad de la fortaleza. En 1540 se certificó la inexistencia de dicho castillo

LEYENDA-

El Castillo de Benamaurel se encuentra entre la sierra Sagra y el cerro Jabalcón.

Cuenta una vieja leyenda que, Sagra era hija de un rey cristiano, y Jabalcón, hijo un rey moro.

El amor surgió entre Sagra y Jabalcón, que estaban dispuestos a casarse. Pero, la oposición de los padres a que se celebrara esta unión, hizo que buscaran una bruja, para que parara dicho enlace. La hechicera les hizo un encantamiento, convirtiendo a ambos en piedra, que se miraban frente a frente.

Sagra, sus lágrimas derramaba ante la imposibilidad de poder unirse a su amado Jabalcón, lagrimas que corren por el cauce del río Guardal, cruzando un hermoso valle, y que forman la vega de Benamaurel.

Al pasar por las Hafas, en el cerro testigo del hechizo, se alzan las ruinas de lo que en tiempos remotos fue un hermoso castillo, sobre el que, con el paso de los años se construyó una casa, en el barrio del Fuerte. Allí siempre vivió la familia de los “bichos”.

La casa no tenía tejado. Su forma era circular y las paredes de piedra vista, como las que aún se conservan en la parte que da a las Hafas.

Cuenta el acervo popular que, en esa casa habían duendes que movían los platos en la cocina. Cada vez que tenía que pasar por dicha dependencia, un sudor frío se adueñaba de mí, y el corazón se me quería salir. Creo que en alguna ocasión, hasta vi moverse los platos, siendo víctima del miedo.

Esta es una casa muy peculiar, la parte de abajo es una zona de cueva, tiene un gran cuarto largo, y al final a la izquierda, se abre una boca de mina, que va a salir a la vega. Decían que por allí, en días de asedio, los moradores de la fortaleza, y antes los moros, aprovechaban para subir el agua del río.

En el segundo piso, hay un dormitorio que aprovecha la pared del castillo. Tiene forma circular y un ventanuco en alto que da a la vega.

Ya en el tercer piso, concretamente en la solana hay unas escaleras que, en otros tiempos pudieron ser el arranque que subía a una garita de vigilancia.

Es conocido en Benamaurel que, el barrio entero estaba minado, y en tiempos de la postguerra hacían reuniones políticas, jugaban a las cartas en ciertas casas, y que por las minas huían en caso de necesidad desde la cueva del tío Carrión en el Fuerte

hasta la casa de don Felix en la Plaza.

En el barrio también hay una zona llamada murallón, que en otros tiempos sería parte de la fortaleza. En una de las casas todavía quedan en pie algunos lienzos de muralla del baluarte nazarí, que posiblemente constituyó alguna torre del recinto perimetral.

Las casas-cueva del barrio, se van sucediendo unas junto a otras, teniendo todas salida a las Hafas, ofreciendo unas espectaculares vistas de nuestra vega.

Los corrales del tío Tinajas que se levantaron en la zona del Murallón, y que actualmente están en ruina, probablemente se construyeran con piedras procedentes del Castillo de Benamaurel.

En la zona de la Alhanda, la cueva de Juanito Cabrera, tiene una mina con salida a las Hafas. La de María Rosa que está al lado, cuenta con otra mina, que se divide en otras dos minas, una comunica con la cueva de arriba y la otra tiene salida a las Hafas.

Mª Luz Gómez.