A TRAVÉS DE LA VENTANA DE LA IGLESIA

 

Ahí permaneces altiva expectante y poderosa. En el interior de tus muros han sucedido historias de benanaurelenses , que han acudido a llorar, a reír a suplicar , tantas y tantas historias de las que has sido espectadora, y has permanecido impasible. Conocedora de amores, de infidelidades, de odios y muertes.
En la madrugada del 26 de febrero de 1937 por una de tus ventanas traseras, observabas como tiraban la llave, que abría la puerta de la cárcel. Esa noche, la envidia, el hambre, los abusos, el deseo de venganza, se unían, Y cuando todo eso se une dentro del ser humano, hay que temerle, Todas juntas, formaban la sin razón. Esa noche de febrero, se unieron formando un ejército armado, envalentonado y comenzaron a andar juntas por las calles de Benamaurel, como vampiros volando a ras de suelo, en busca de sus presas, para saciar su sed. Sed que saciarían con la sangre de 1O benamaurelenses. Concretamente vivían en la calle Pinar, pasando por el Fuerte bordeando la iglesia y dirigiéndose a la calle Horno Días anteriores al la noche del 26, un pelotón del ejercito republicano, iba llamando de puerta en puerta dirigidos, por no se sabe quiénes y cogiendo los miembros varones de cada casa. Unos 10, entre ellos, dos niños de 16 y 17 años.
La fría madrugada del 26, cambió la unión de los benamaurelenses.
Los montaron en un camión, salieron en busca de la muerte. Su último paseo, camino de Berberi . Rezos, llantos, gritos, lágrimas de las mujeres, se iban mezclando con la sangre,, que se derramaba de sus seres queridos formando ríos de sangre aguada , sangre que se enfriaba en su salida , que corría por las calles de Benamaurel sin ninguna esperanza, sin ninguna salida,
El día 27 de febrero, en la Cañada, María y su madre estaban detrás del visillo, observaban como los ocupantes de un camión, preguntaban donde se encontraba Cortes. La gente estaba asustada horrorizada. Comentaban en voz baja, que habían asesinado a 10 personas. e indagaban quienes podrían ser.
Al terminar la guerra el día 1 de de abril de 1939, las consecuencias fueron devastadoras. La sin razón volvía a actuar de nuevo, con ansias de venganza. Mirabas por la ventana que da a la plaza.
Volteaba la campana grande de la torre, anunciando el final de la guerra, y la victoria de los nacionales de Franco.
Meses, días…. más tarde, en la cárcel del ayuntamiento. Lugar donde interrogaban a los rojos, insurrectos, sublevados, contrarios al régimen. Todos los apelativos eran buenos para el bando perdedor. Las paredes estaban manchadas de rojo marchito, el ambiente enrarecido, se podían palpar gritos, llantos, andrajos de piel desprendida por los palos recibidos, salpicando el blanco que quedaba de las paredes encaladas. Todos los días durante meses recibieron palos. Desde allí eran trasladados a la “casa cárcel de la Cañada” donde seguían las torturas. Antonio Gallego “ EL maestro” que fue víctima de esa barbarie, en su libro nos comenta que la Santa Inquisición no tenía punto de comparación, con lo que allí sucedió.
Les daban dos cazos de nabos cocidos, el día que comían.
Alegría de miserias en el pueblo, de los vencedores y tristeza de los vencidos. En todas las familias alguna, muerte o desaparición. Todas con dolor. Años que vendrían de miserias, enfermedades, hambrunas, que acabarían con un gran número de la población.
La vida continuaba despacio, sin ilusión, sin esperanza. Todo trabado por el miedo, la opresión. Prioridad y primera necesidad “comer”, ello hacía que fueran sumisos en el régimen victorioso,
PD Quiero que hoy día 26, hagamos una cruz, mentalmente, para todas las víctimas de esa guerra, “nacionales y republicanas, republicanas y nacionales “
. Y que todos seamos conscientes de que un suceso así, no se debe repetir. Por ello debemos de comunicarlo a nuestros hijos, que se tenga presente y no en el olvido……. Ninguna causa merece la muerte.
Mª Luz Gómez

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