AYUNTAMIENTO DE BENAMAUREL

La Plaza Mayor de Benamaurel, es uno de los lugares donde se reúnen los vecinos a lo largo del año, para celebrar los días más significativos en el calendario de la localidad.

Aquí se alzan dos edificios importantes, como no podría ser de otra manera, que son: la Iglesia de La Anunciación y el Ayuntamiento de Benamaurel, del que hoy, junto a Mariluz Gómez, daremos unas pinceladas.

La configuración de la Plaza de Mayor de Benamaurel, poco se ha modificado a lo largo de los siglos.

Durante el gran terremoto de Baza, acaecido el 30 de septiembre de 1531, gran parte de Benamaurel quedó desolado. Su fortaleza, la primera iglesia del pueblo, y la mayoría de las casas fueron destruidas por el seísmo. Solo quedaron en pie seis edificios, entre ellos el inmueble donde se asienta actualmente el Ayuntamiento de Benamaurel. Durante la catástrofe perecieron más de 150 vecinos y la villa quedó casi despoblada.

El 31 de Octubre del año 1628, el pueblo compró su “libertad” a Baza. Pero, Benamaurel tuvo que vender, en 1633, sus propiedades al V Duque de Alba, D. Antonio Álvarez de Toledo y Beaumont, debido a las deudas que mantenía con Baza.

El duque de Alba, estableció un gobernador en Huéscar, dos alcaldes ordinarios en Castilléjar, otros dos en Benamaurel, y dos pedáneos en la Puebla de Don Fadrique.

Hasta que en el año 1752 no se hizo el Censo de todas las propiedades del pueblo, conocido como Catastro de la Ensenada, poco más sabemos del devenir histórico del edificio que alberga actualmente el Ayuntamiento de Benamaurel, salvo que fue un antiguo mesón.

En dicho censo figura este inmueble y se describe como una casa de dos plantas :

“Una Casa mesón en esta villa y sitio en la Plaza Mayor, con alto y bajo, linda por Levante, la cárcel y por Poniente, Isidoro Martínez; Norte, la Plaza y Sur, Puerta del Pósito y paga cada año Ciento y ocho Reales”.

Este mesón estaba constituido por una sola vivienda, de planta rectangular con 2 crujías paralelas, siendo la exterior más ancha. Contaba con escalera en la interior, techos de maderos en el interior, y cubierta de teja árabe en el exterior.

Los mesoneros de Benamaurel, al igual que los demás de Granada, tenían que seguir unas estrictas normas, entre las que destacaban, la de poner la tabla de precios cada mes, colocar en la pared las ordenanzas de su oficio, firmadas por la justicia y el escribano del concejo, al comienzo del año.

Se les prohibía acoger en su mesón a delincuentes, rufianes y gente de mal vivir, y tener tabla de juegos. Debían avisar a la justicia de las personas que en su mesón decían blasfemias.

Como, además, los mesones funcionaban como posadas, tenían que estar las camas limpias y tener un jergón, un colchón, dos sábanas, dos almohadas y una frazada o cobertor. También debían tener limpios los pesebres, las caballerizas, los harneros y las cribas, y no podían meter gallinas ni puercos en establos ni caballerizas.

El mesonero tenía la obligación de decir al huésped dónde podía comer o comprar comida para que se la cocinara en el mesón.

Tenían prohibido servir comida los domingos y días de fiesta, antes de misa mayor, salvo si el caminante tenía prisa, y la obligación de que cada habitación tuviese por dentro una cerradura con llave diferente y una aldaba.

Descripción Casa Consistorial de Benamaurel

Antes de terminar la primera mitad del siglo XIX, el antiguo mesón de la Casa de Alba se remodeló. Se construyó un nuevo edificio, de estilo neoclásico, de fábrica de ladrillo formado por cajones rellenos de tapial.

Su interior ha sufrido multitud de transformaciones para adecuarlo a los diferentes usos, por lo que es difícil imaginar su primitiva organización.

La fachada exterior se estructura en dos cuerpos de alzada, diferenciados mediante cornisas, aunque interiormente cuenta con tres plantas.

Los paramentos de las dos plantas, presentan huecos simétricos, a un lado y a otro de la portada. Los de la planta superior disponen de balcones en las ventanas.

El frente principal, está centrado por una interesante portada de dos cuerpos, realizada de cantería, y levantada en 1960.

En el cuerpo inferior, se encuentra la puerta principal de entrada al consistorio, que está precedida por dos pares de columnas de base octogonal, que soportan el “Balcón del Ayuntamiento”.

El cuerpo superior, es de cantería. Se presenta en forma de gran frontón triangular, coronado con pináculos, en cuyo centro se abre un enorme ventanal que da acceso al balcón.

Después de varias reformas a lo largo de todo el siglo XX, es en 1999 cuando se comenzaron las últimas obras, dándole al edificio la impronta que actualmente tiene.

Durante los años 40 del siglo XX, algunas habitaciones del consistorio fueron utilizadas como Escuelas y cárcel.

El edificio nuevo consta de tres plantas:

Tiene una superficie de 720 metros cuadrados.

En la planta baja se ubican los despachos de administración, información, juzgado, policía local y personal técnico.

La segunda planta, cuenta con suelo y paredes de madera. Acoge el despacho del Alcalde, la Sala de Juntas, la Sala de Plenos, y el Salón de Actos.

La tercera planta, que no se ve desde el exterior. Se configuró con una imagen más acorde a nuestros tiempos, donde las maderas y la luz son las protagonistas. Aquí se encuentran el archivo municipal, tres salas para los concejales delegados y otras dependencias destinadas a Asociaciones locales de carácter público.

El Ayuntamiento de Benamaurel, por Mariluz Gómez.
El ayuntamiento de Benamaurel, es un sitio muy apreciado por mí. Allí nos pasábamos los días y partes de las noches de verano, jugando entre sus columnas, las cuales nos servían de escondite.

Siempre que entraba a este impresionante inmueble, lo hacía acompañada por mi madre. Al abrir sus puertas me refugiaba, aún más, en sus faldas.

En la planta inferior, se encontraba Manuel el municipal, que nos saludaba muy amablemente.

Todavía recuerdo y me estremezco, al recordar el gran buitre disecado que había justo antes de llegar a la escalera. Parecía que me vigilaba en todo momento.

Detrás del ave y debajo de la escalera, se encontraba un cuchitril que en un tiempo, no tan pasado, hizo las funciones de cárcel.

En la segunda planta, en cuyas paredes se abrían grandes ventanales, se encontraban los funcionarios, sentados frente a sus mesas rectangulares. Uno de ellos era Juan Manuel, que cada vez que nos veía entrar, se levantaba a saludar. Recordaré que siempre me tiraba un pellizquillo en la cara y me decía -¿Dónde vas cabezoncilla?.

En las dependencias del ayuntamiento, a la izquierda, se encontraba “el Sindicato”, llamado así durante la dictadura de Franco. Posteriormente pasó a llamarse comunidad de regantes.

Juan Manuel y Fernando se encargaban de todo lo referente al campo, el ganado, y a cobrar la guardería (dinero que se pagaba por fanega de tierra, para pagar el sueldo de los 6 guardas).

En las fiestas, los balcones se engalanaban para recibir a Nuestra Señora de la Virgen de la Cabeza. Todos los benamaurelenses aguardan impacientes su salida.

En las noches de los largos y calurosos veranos, la Plaza Mayor, se llenaba de niños que jugábamos hasta altas horas de la madrugada. Parecía un auténtico hormiguero. Estábamos siempre corriendo alrededor de la fuente, inhalando el olor penetrante de los Sampedros, que adornaban sus jardines, con sus flores de diversos colores. Ese olor aun parece estar dentro de mí.
Carlos González y Mariluz Gómez.

La imagen puede contener: casa y exterior

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