Muy popular en los años 60 y actualmente sustituido por las piñatas de cumpleaños.
Más propio de niños mayores y adolescentes.
Se necesita una cuerda o soga amarrada a las paredes de una calle o a dos palos colocados en una plaza, y varios pucheros de barro que se cuelgan en la soga llenos de mareriales varios (agua, harina, caramelos y golosinas…)
A los concursantes, con un garrote en las manos, se les tapan los ojos con un trapo o pañuelo, se les hace girar sobre sí mismos varias veces para desorientarlos y se dejan que intenten romper pucheros con el consiguiente premio (bueno o malo).