GUARDERÍA EN LA ALAHANDA

A la cueva de la tia Maria Graciano situada justo debajo de la era de la Rimoja, se podía bajar desde la era por una vereda o por la Alhanda desde la puerta de la tienda de Juan a la izquierda se sube una pequeña cuesta directo a la cueva. En los años 50 ante la necesidad de las madres que se iban a lavar todo el día la rio o al campo se creo una especie de guardería donde los niños , con sus meriendas en una fiambrera y sus sillas iban a cantar y rezar, pero algunos muy adelantados que a sus cuatro años ya leían, mentes rápidas calculadoras, números y mas números andaban inquietos en sus cabezas, como músicas saltarinas, calculadoras humanas que no le dejaban estar allí y se fugaban a los pajares que había donde están ahora las casas de los estanqueros, resguardándose del frio en los carasoles, pasando las horas jugando a las cartas. A la izquierda del portal estaba la habitación con unos 25 niños y a la derecha una cocina , Nina la hija de María los cogía, de uno en uno, se sentaban junto al fuego y al calorcico de pequeña lumbre leían la cartilla como los niños mayores. Con media lengua les decían a sus madres que no querían ir a la escuela de los cagones ya que ellos a sus cuatro años se consideraban muy hombres……
Mi madre vivia en la Alhanda con sus dos cuñados, tres hombres que daban mucho trabajo de coser y lavar ropas, y llevaba a mi hermana Josefa a la guardería, con su huevo frito en la en una perolilla roja de porcelana, porque estaba todo el día en el rio lavando, y así como ella muchos niños del pueblo a los que María acogía en su casa durante todo el día. Cobrando una pequeña cantidad mensual y con lo que la mujer se podía permitir vivir dignamente.
Otro ejemplo más que nos hace ver el ingenio de la mujer benamaurelense para subsistir en tiempos difíciles, ya que por desgracia, ha sido muy poco valorada a lo largo de los años y ha tenido que luchar, ante una sociedad de patriarcado, donde nunca se le ha permitido realizarse plenamente, siempre con murallas que ha ido eliminando , mujeres guerreras que nunca se rindieron y que los genes han ido pasando de generación en generación haciendo que nuestras mujeres sean diferentes.

Gracias a Mª la zapatera

Mª luz Gómez

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