LOS MICHEL

Y todo comenzó un día en que Paco Miras, movido por el impulso musical que llevaba dentro , decidió ir a Castillejar , para dar clases de acordeón.
Además, el grupo estaba compuesto por» Miguel el de laureano «,” Miguel el barbero” de ahi el nombre de » LOS MICHEL».
Miguel el barbero, aprendió en su barbería. Juanito Cabrera se desplazaba hasta allí, y en los momentos en los que la barbería no había mucha clientela, las notas musicales del laúd y la guitarra amenizaban el pequeño local donde Juanito Cabrera, con su particular elegancia y sensibilidad, hacia danzar y sonar las cuerdas de los instrumentos como pequeños ruiseñores, y Miguel aprendía.
Otro componente del grupo” los Michel” fue el “rubio el trapero” que aprendió el solo a tocar la batería, pues procedía de una de una familia de músicos.
Y así comenzaron ensayando diariamente en el Collado, en la casa de Esteban o en la cueva de la tía Rufa, cueva actual de José Burgos.
Comenzaron a tocar con 14 años, sobre los 60 . En verano,y navidades, amenizaban con canciones, escuchadas en la época, los salones de: Venta Alegre “cullar”, la Venta el Sol” Baza”, Albox. En Benamaurel alquilaban los salones del Casino y de Agustín, cobrando la entrada a cinco duros (15 ctms). Llenaban los salones de gente que felizmente danzaban durante toda la noche, dejando aparcados sus los problemas cotidianos por un día. Lugares que seguro unieron en amor a más de una de las parejas existentes hoy en día. Y algunos somos fruto de esas noches……
A los pueblos se desplazaban en una camioneta y el dueño ya tenia la entrada gratis.
Jóvenes muy emprendedores para las limitaciones que ofrecían la zona y la época.
Un brillo especial aparece en los ojos de Paco mientras me está relatando las vivencias de sus años musicales, años de los que seguramente guarda recuerdos especiales y por su mente se va sucediendo un sinfín de imagines y escenas a las que por un instante le hubiera gustado regresar y vivir de nuevo. Pero hoy no ha querido hacernos participes de ellas y contarnos algo más. Seguro que la nostalgia se ha apoderado de él por unos instantes.