Pasados los 39 hubo una serie de vejaciones, abusos y señalamientos contra algunas mujeres de nuestro pueblo, por tener ideas contrarias o haberse enamorado de un republicano, tejer jersey para el ejército republicano o simplemente no estar casados por la iglesia. Mujeres que estaban fuera de la onda de la moda por aquel entonces y eran señaladas, maltratadas, cabezas rapadas que barrían las calles de nuestro pueblo, ocultando sus pelados bajo pañuelos negros, una manera de humillarlas y que todo el mundo supiera quienes eran.
Mujeres que se negaron a seguir viviendo bajo la opresión del yugo varonil, que buscaron su libertad, que estaban cansadas de la sumisión impuesta por tantas generaciones
Nacía un régimen opresivo, que intentaba controlar todo con el miedo y la brutalidad de unas acciones injustificadas. Se trataba de castigarlas, de que las demás vieran como las conducían al redil por ladridos adiestrados, que en muchas ocasiones, dudo que fueran conscientes de sus actos.
Mujeres de cabezas morras, que vivirían años de opresión, pero que nadie en mi pueblo se ha encargado de hablar de ellas. Están flotando como algo malo, a las que llamaron rojas, insurrectas, sublevadas, contrarias al régimen. Todos los apelativos eran buenos para el bando perdedor Muchas veces me pregunto si la II Republica hubiera seguido su curso, nada de esto hubiera pasado, se habrían evitado las muertes de mis benamaurelenses guerreros de ambos bandos y todo hubiera seguido su curso natural sin enfrentamientos de familias que lucharon por ideas injustificadas, ningún ideal merece la pérdida de vidas humanas, de nuestros seres queridos, abuelos, hermanos, de los que no se ha podido disfrutar.