Como una pirámide joven, elegante y altiva. esta la sierra de Baza, mirando con indiferencia a nuestros cerros redondos, achaparraillos y conocedores de tantos historias de nuestro pueblo , desgastados por el tiempo. Alimentando a nuestras familias con la recolecta de sus espartales, alcaparreras, exacción del azufre, mientras que la sierra solo tiene eso, belleza, presumiendo de su altitud, y del peinador de encaje blanco, que en los meses de invierno cubre su cima.
¡Ay mis cerros achaparraillos , no sufráis, pensad que en años atrás fuisteis altivos y hermosos, como la sierra Baza, quedaos con lo la experiencia que los años os ha dado, ya que la elegancia, está en la madurez y sabiduría, que se asemeja a una biblioteca con innumerables libros, de hojas que relatan historias de nuestra tierra.
El salobre, sale como síntoma de vuestra rebeldía, de las ganas de vivir, y de hacernos constar que aún estáis ahí, formando parte de nuestro entorno. Rodeando esa vega, como un palacio árabe, de muros fuertes, sobrios, austeros que al traspasarlos nos inunda la belleza interior que esconden, pájaros, saucos frutales flores, un rio que va pasando por ella, reptando como una serpiente, lento, silbante, un sinfín de sonidos y aromas que nos hacen amar nuestra tierra.